jueves, 13 de diciembre de 2012

Administración intensiva de cannabinoides: uso oral y tópico de extractos de cannabis sativa


Pablo A. Ascolani*

 

Hay numerosos testimonios que indican que el uso periódico oral de resina de cannabis en dosis crecientes y por tiempo prolongado tendría eficacia para tratar enfermedades graves o crónicas para las cuales la medicina alopática no tiene un tratamiento satisfactorio.
Investigación pre-clínica y poblacional indica que podría prevenir o retrasar la incidencia de enfermedades de gran prevalencia como el Alzheimer[i], diabetes tipo 2,[ii]  enfermedades cardiovasculares[iii],[iv],[v] u otros tipos de cáncer[vi],[vii], [viii] estas últimas primer y segunda causa de muerte tanto en países subdesarrollantes como en vías de desarrollo.

Todavía no se ha determinado protocolos de tratamiento, y falta información sobre la farmacocinética y posibles efectos adversos de cannabinoides a dosis muy altas. Se ha comprobado en humanos que cuando se administran de forma continua a dosis crecientes se genera tolerancia a los efectos subjetivos, principal efecto adverso de los cannabinoides.[ix] Y las pruebas sobre su toxicidad determinaron que la administración de dosis extremadamente altas de THC (50 mg por Kg de peso, cinco veces por semana), en ratas inmunocompetentes, disminuyó la incidencia de diversos tipos de cáncer y aumentó la supervivencia total de los animales de experimentación[x] El índice terapéutico de los cannabinoides es extremadamente alto comparado con otras drogas farmacéuticas o recreativas.[xi] No hay registro de muertes por fumar o comer cannabinoides botánicos, ya que por estas vías el proceso de absorción se va solapando con la distribución, el metabolismo y la excreción.[xii]

Los reportes de uso anecdótico intensivo por vía oral describen una muy lenta titulación, que comienza con la administración de una muy pequeña cantidad –medio grano de arroz- que se va aumentando cada dos o tres días. Cuando se llega al día 45 del protocolo, el paciente estaría consumiendo alrededor de 1cc  de resina (o incluso más) dividido en tres tomas diarias. Al alcanzar esta dosificación se desarrollaría tolerancia a los efectos psicoactivos, y el paciente continuaría con este protocolo durante un mes y medio más. Rick Simpson plantea que muchas neoplasias podrían tratarse mediante esta “quimioterapia cannabinoide”.

La cantidad de flores de cannabis necesario para este tipo de tratamiento es grande, ya que se necesita entre aproximadamente entre 10 y 20 gr -dependiendo del contenido de resina- para producir 1 cc de extracto, lo que equivale a entre 300 y 600 gr mensualmente.

El uso externo[xiii] también implica grandes cantidades. Es referido en  numerosos reportes de pacientes que tratan afecciones del aparato locomotor o de la piel con el uso tópico de cannabinoides.[xiv] Existe un gran potencial terapéutico en esta vía de administración. Hay casos conocidos, como Rick Simpson, que lo utilizó para curar un cáncer de piel que padecía. En un caso anecdótico publicado en la revista “Treating Yourself”, se aplicó de forma tópica un extracto de cannabis en la mejilla y nariz de una mujer afectada por un cáncer de piel de células basales, la forma más común de cáncer de piel. Después de autoadministrarse de forma tópica durante 10 días extracto de cannabis, el cáncer desapareció.[xv]

La gran ventaja de la administración transdérmica es que evita el principal de los efectos adversos de los cannabinoides: los cognitivos. La psicoactividad, que es buscada en el uso recreativo, puede resultar desagradable y convertirse en un efecto adverso para algunos pacientes.

La prohibición de los principios activos del cannabis genera obvias limitaciones en la investigación formal, pero también en la investigación informal. Tanto para el uso oral y externo de extracto concentrado de cannabis se necesita gran cantidad de materia prima, al menos comparado con las cantidades relacionadas al uso recreativo, mucho más bajas.

Esto implica un gran riesgo legal para el autocultivador, porque las cantidades necesarias para la producción de extracto podrían asimilarse a tráfico, sin ser en absoluto el fin del cultivo. El auge del autocultivo está brindando valiosas oportunidades de sumar testimonios, al menos anecdóticos, de la validez terapéutica del uso intensivo de extractos.

Estamos ante una posible herramienta para mejorar la salud global de la población.

Es imperativo que, en respeto por los Derechos Humanos, el Estado no castigue el autocultivo para producción de extractos para uso oral y/o tópico, y haga accesible formulaciones tópicas de cannabinoides o extractos de cannabis a los pacientes que no pueden autogestionarse.

 

 

Situada en la ciudad de Rosario, AREC (Personería Jurídica otorgada según resolución 0954 del Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe) es una Asociación Civil interdisciplinaria sin fines de lucro, plural y horizontal, que milita para la implementación de un nuevo paradigma en políticas de drogas que permita seguir avanzando hacia un modelo social y estatal más inclusivo, humanista y democrático, basado en un discurso científico actualizado que respete los derechos humanos y las garantías constitucionales de los ciudadanos.

 

*Secretario de AREC. Lic. en Kinesiología y Fisiatría, Jefe de Trabajos Prácticos de la Cátedra de Farmacología y Auxiliar Docente en la Unidad Pedagógica ILAR Adultos, Facultad de Kinesiología y fisiatría UNSAM/ IUGR. Autor de la tesina de grado, “Cannabinoides y síntomas neurológicos: ¿La pieza faltante en la farmacología clínica?”. Disertante en representación de AREC en la primera y segunda Audiencias Públicas sobre Políticas de Drogas de la Cámara de Diputados de la Nación (2011/ 2012) y Asesor de la Junta Nacional de Drogas del Gobierno de la República de Uruguay. Disertante en el Post Grado de Rehabilitación y Fisioterapia de la Facultad de Medicina de la UNR, Congreso de Salud Mental de las Madres de Plaza de Mayo y otros. Autor de numerosos artículos de divulgación científica sobre políticas de drogas, derechos humanos y uso terapéutico de la marihuana y los cannabinoides



[i] Pablo A. Ascolani, Cannabinoides y síntomas neurológicos ¿La pieza faltante en la farmacología clínica? Facultad de Kinesiología y fisiatría, UNSAM/IUGR, 2011.
[ii] Rajavashisth TB, Shaheen M, Norris KC, Pan D, Sinha SK, Ortega J, Friedman TC. Decreased prevalence of diabetes in marijuana users: cross-sectional data from the National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES) III. BMJ Open. 2012 Feb 24;2:e000494. Print 2012. PubMed PMID: 22368296; PubMed Central PMCID: PMC3289985.
[iii] Veillard, N.; Arnaud, C. et al., Low dose oral cannabinoid therapy reduces progression of atherosclerosis in mice, Nature, Vol 434, 7 Apr. 2005.
[iv] D Lamontagne, P Lépicier, C Lagneux, J F Bouchard, The endogenous cardiac cannabinoid system: a new protective mechanism against myocardial ischemia. Basic Res Cardiol. 2006 Apr 11.
[v] Philippe Lépicier, Annie Bibeau-Poirier, et al., Signaling Pathways Involved in the Cardioprotective Effects of Cannabinoids. J Pharmacol Sci. 2006 Oct 7
[vi] Velasco G, Sánchez C, Guzmán M. Towards the use of cannabinoids as antitumour agents. Nat Rev Cancer. 2012 May 4;12(6):436-44. doi: 10.1038/nrc3247. PubMed PMID: 22555283.
[vii] Sami Sarfaraz, et al: Cannabinoids for Cancer Treatment: Progress and Promise, Cancer Res 2008; 68: (2). January 15, 2008
[viii] Liang C, McClean MD, Marsit C et al. A population-based case-control study of marijuana use and head and neck squamous cell carcinoma. Cancer Prev Res. 2009;2:759-768.
[ix] Gorelick DA et al, Tolerance to Effects of High-Dose Oral {Delta}9-Tetrahydrocannabinol and Plasma Cannabinoid Concentrations in Male Daily Cannabis Smokers. J Anal Toxicol. 2012 Oct 16. [Epub ahead of print]
[x] Velasco G, Sánchez, op cit.
 
[xi] http://www.druglibrary.org/schaffer/hemp/general/who-index.htm
[xii] Abrams, Donald, Medical Cannabis: Rational Guidelines for Dosing, University of Washington School of Medicine, Seattle, WA, USA.
[xiii] Pablo. A. Ascolani, Nociones sobre administración transdérmica de cannabinoides. http://cannabismedicinalargentina.blogspot.com/2012/11/nociones-sobre-administracion.html
 
[xiv] En la página Salud Cannabica Argentina se registra una interesante serie de fotos del uso de cannabis en dermatitis por EA de medicamentos https://www.facebook.com/mariafernanda.fussi/posts/448949695162554?comment_id=4624601&ref=notif&notif_t=share_reply#!/media/set/?set=a.144560175687649.43189.100004010030383&type=3
AREC ha recibido testimonio de numerosos casos anecdóticos de uso tópico de AINES y cannabinoides; estos últimos aumentarían notable notablemente la eficacia.
[xv] Robert Melamede, Ph.D., A Cure for Cancer? Biology Dept., UCCS, Cannabis Science Inc., Phoenix Tears Foundation, treating yourself Nº 28 spring 2011
 

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Reducción de daños en el consumo recreativo de cannabis


Pablo A. Ascolani

 

 

Introducción
 

El cannabis, como cualquier sustancia bioactiva, obedece al concepto griego de phármakon; veneno o medicina dependiendo de la dosis utilizada, la frecuencia, estado emocional y de salud del usuario, su vulnerabilidad individual, su experiencia con el compuesto, la circunstancia de uso, etc.

Su toxicidad en adultos es baja comparada con otras sustancias de abuso, legales o ilegales.

Se pueden desarrollar patrones de uso problemático y adicción, pero es baja la proporción de consumidores que los desarrolla, y los daños potenciales asociados son considerablemente menos graves que los asociados al alcohol o tabaco.

La revisión de la literatura especializada indica que la mayoría de los usuarios adultos de cannabis, que usan la droga ocasionalmente, no sufren ningún daño físico o mental objetivable.

Aquellos que consumen grandes dosis en forma regular tienen una tendencia a tener menores logros educativos y menores ingresos.

La prohibición impide que haya control sobre la calidad y composición del cannabis, lo que dificulta la estimación de riesgos.

La información científica basada en evidencia es la única manera de disminuir los daños asociados al consumo de cualquier sustancia psicoactiva.

AREC no hace apología ni incentiva el consumo de sustancias psicoactivas; divulga información científica para habilitar el pensamiento autónomo y responsable.

 
 

Estrategias de reducción de daños en cannabis.
 

Las estrategias de reducción de daños sobre el consumo de cannabis tienen que estar apuntadas a aquellos grupos especiales de población que tienen contraindicado su consumo, las situaciones donde se deben tomar precauciones como la conducción, las advertencias sobre posibles riesgos, la dosificación y compuesto administrado.

Otra medida de reducción de daños sería la regulación del acceso para separar el consumo de cannabis del de otras drogas más peligrosas.

 
 

Edad de inicio.
 

Es prioritario retrasar edad de inicio por ser la adolescencia la etapa donde existen riesgos de afectaciones permanentes en el sistema nervioso central. El uso cotidiano de grandes dosis de cannabis a una edad temprana afecta el desarrollo del cerebro con efectos persistentes que lleven a déficits cognitivos o enfermedad mental.

En el caso de los jóvenes que ya están consumiendo, se debe trabajar en función de la postergación del hábito hasta la mayoría de edad. Si no abandonan el consumo, instarlo a que evite el consumo periódico y la combinación de sustancias.

En los casos de jóvenes en riesgo social con adicciones severas a otras drogas de mayor toxicidad, como la pasta base, una posible intervención que reduzca daños es el acceso por medio de Asistentes Sociales y Profesionales de la Salud Mental a variedades bajas en THC, el principio activo más riesgoso en la adolescencia, y altas en CBD, un cannabinoide que mitigaría los posibles efectos adversos. Por otro lado en estas situaciones de abuso de tóxicos, los cannabinoides podrían tener un efecto antiinflamatorio y antioxidante,  mitigando los efectos dañinos en el SNC, actuando también sobre el circuito de recompensa, disminuyendo la ansiedad.

Los usuarios problemáticos son generalmente politóxicos, y ya han probado la marihuana prensada del mercado negro, pero muy pocos han tenido acceso a marihuana de grado medicinal, cualitativamente diferente. La calidad ofrecida haría la diferencia frente al mercado negro, y va a colaborar con la reducción de daños por reemplazo de sustancias. Está claro que la estrategia de reducción de daños globalmente y el reemplazo de sustancias en particular –en este caso con cannabis - no va a resolver cabalmente la problemática del abuso y adicción a drogas más peligrosas. Pero puede ser una herramienta del Estado para abordar a las personas en riesgo social, permitirles superar los momentos críticos y poder así vincularlas nuevamente al sistema de salud, re-insertarlas en instancias educativas y laborales que rompan el estigma de la “droga”. La recuperación de la adicción hay que pensarla dentro de la complejidad de la sociedad contemporánea, donde uno de los factores que más impacta en las adicciones es la desigualdad entre ricos y pobres. Sin ser la panacea contra la adicción, el cannabis de grado terapéutico con alta proporción de CBD puede ser una opción de utilidad para reducir daños.

 
 

Enfermedades preexistentes y poblaciones especiales.
 

La variedad de efectos fisiológicos y psicológicos del cannabis hace que esté contraindicado en personas con historia personal de enfermedad mental o enfermedad cardíaca grave.

También en poblaciones especiales como adolescentes, madres embarazadas o amamantando. Durante la gestación se inicia el neurodesarrollo del individuo, que prosigue durante la adolescencia y primera juventud. El sistema endocannabinoide está implicado en este proceso, de manera que es riesgoso utilizar cannabis en estos casos.

También se desaconseja la administración fumada en personas con enfermedades respiratorias preexistentes como el EPOC.

Las personas con historia familiar de enfermedad mental, epilepsia, enfermedad cardíaca, hepatitis C y uso concomitante de sedativos he hipnóticos, deben evaluar riesgo/beneficio. Los ancianos, que suelen estar polimedicados, y son más susceptibles a cualquier droga que actúa sobre el SNC, deben tener cuidado con la hipotensión o incoordinación motora que pueda producir caídas graves.

El Estado podría habilitar espacios de contención con profesionales de la salud mental para el diálogo y acompañamiento de aquellas personas con riesgo que decidan consumir cannabis como parte de la estrategia de reducción de daños.

 
 

            Conducción de vehículos o maquinarias.
 

El cannabis puede afectar la coordinación motora, el tiempo de reacción y las habilidades cognitivas. Se debe evitar conducir, operar maquinaria u otras actividades peligrosas normalmente un mínimo de 3 horas después de fumar o 6 después de ingerir. Se desarrolla tolerancia y la afectación cognitiva es mucho menor que la que produce el alcohol, pero la combinación con el mismo si acrecienta el riesgo notablemente. Se desaconseja la combinación de estas sustancias especialmente para la conducción.

 
 

Dosificación y vías de administración:
 

Es difícil establecer una pauta racional para la dosificación porque es una sustancia de gran variabilidad en contenido y proporción de cannabinoides y otras sustancias bioactivas. La regulación permitiría reducir daños al hacer disponer de un tipo estable de cannabis, con la proporción de cannabinoides adecuada al caso, libre de contaminantes químicos o biológicos.

Las vías de administración utilizadas con fines recreativos son inhalatoria y oral.

Un cigarrillo de cannabis promedio pesa entre 0,6 y 0,8 gr. La cantidad necesaria para lograr los efectos buscados es muy variable. Al ser más rápidos los efectos de la administración inhalatoria por medio de cigarrilos o vaporización, es más fácil de dosificar que la vía oral, disminuyendo la posibilidad de reacciones adversas. El consumidor adulto puede fumar dos o tres caladas, esperar quince minutos y repetir la autoadministración hasta conocer la potencia del compuesto. El efecto inhalado persiste entre 2 y 3 horas.

La vía oral da lugar a concentraciones plasmáticas inicialmente más bajas y erráticas que las observadas después de fumar, con picos de concentración detectable en plasma entre 1 y 6 horas. Ingerirlo produce más psicoactividad debido al metabolismo masivo del primer paso hepático que produce en cantidad un metabolito –el 11-hidroxi-THC-, que es más psicoactivo que el mismo THC y se relaciona con efectos ansiogénicos. La dosificación oral sería 1/3 de la inhalada.

La reducción de daños en la dosificación pasa en por instar al uso de la mínima cantidad necesaria para llegar al efecto deseado y evitar la combinación con alcohol. La dosis y la combinación con otras sustancias puede hacer una gran diferencia entre lograr los efectos buscados y sentirse ansioso o incómodo. Ingerir grandes dosis, usar extractos fuertes, o mezclarlo con alcohol puede causar ansiedad, nausea, vómitos y lipotimia.

 
 

Reducción de daños en el aparato respiratorio.
 

Fumar cannabis por medio de cigarrillos, a diferencia del tabaco, no aumenta la posibilidad de contraer cáncer de pulmón ni EPOC. Hay estudios poblacionales de alta calidad que descartan la relación, aunque sí tiene un efecto sensibilizador del aparato respiratorio frente al daño del tabaco. Se desaconseja firmemente ser usuario de ambas sustancias. Abandonar el tabaco, si es fumador, es la principal medida de reducción de daños del cannabis.

Otras medidas preventivas sobre el aparato respiratorio son la utilización de papel fino sin blanquear, usar una boquilla de cartón o implemento que aleje la brasa de la boca del usuario y  no retener el humo ya que es innecesario. Evitar papeles coloreados o aromatizados.

La vaporización es una manera de inhalar el cannabis sin el monóxido de carbono tóxico y los alquitranes irritantes.

            Compartir porros u otros implementos contactando los labios puede incrementar el riesgo de trasmitir infecciones como meningistis, gripe y otros gérmenes. Al compartir es conveniente tomar o el porro o implemento de manera que puedas inhalar el humo o vapor sin tocarlo. Esta noción puede ser más difícil de incorporar, tanto por el marco cultural uruguayo, argentino y latinoamericano, que incluye el consumo de bebidas como el mate, donde se comparte la bombilla; y la propia cultura cannabica que involucra el compartir. Es materia de debate en las organizaciones cannabicas su inclusión en los materiales informativos sobre reducción de daños.

 
 

Efectos subjetivos y fisiológicos del cannabis.
 

La dosis, predisposición del consumidor, lugar de consumo, experiencia de uso, etc. condicionan los efectos subjetivos. Si el usuario está experimentado, la dosis es baja, y el ámbito de consumo es tranquilo, los efectos van a ser relajantes, con estímulo de la imaginación y profundización de los sentidos.

Los efectos negativos van a ser transitorios, afectando la memoria a corto plazo, la performance cognitiva, la percepción espacio-temporal y la coordinación neuromotriz. El nivel de afectación varía entre sujetos y con la familiaridad del uso.

Puede aliviar algunos síntomas como depresión o ansiedad o agravarlos aún más. En los casos severos puede producir una psicosis tóxica, con paranoia y alucinaciones, que remite junto con la eliminación de la droga del organismo.

Otros efectos posibles son: cansancio, vértigo, taquicardia, hipotensión ortostática, boca seca, incremento del apetito, enrojecimiento conjuntival, etc. También aumenta el apetito, una medida de reducción de daños es tener alimentos saludables para para satisfacerlo.

El uso regular produce cierta tolerancia a los efectos adversos y disminuye su incidencia.

En algunas personas que consumen altas dosis regularmente y cortan abruptamente su consumo, puede presentarse un cuadro abstinencial leve con irritabilidad, insomnio, pérdida del apetito, nerviosismo, etc.

 
 

Otras medidas de reducción de daños.
 

La separación de mercados funcionó exitosamente en Holanda, donde disminuyó el consumo de drogas duras entre los jóvenes. Equiparar la marihuana con la cocaína envía un mensaje erróneo a los jóvenes, que al fumar un par de porros y ver que no pasa nada equiparan los dos consumos.

  
 

Conclusiones: reducción de daños en cannabis.
 

El cannabis es un compuesto psicoactivo susceptible de abuso, pero con un potencial de adicción y de daño psico-bio-social menor que el alcohol y el tabaco. Es un imperativo cambiar las leyes regulatorias para evitar el enorme daño social producto de la prohibición de drogas, que sobre todo impacta en los sectores más desprotegidos, corrompe fuerzas punitivas y gobiernos y es inefectiva en disminuir tráfico y consumo. Esta sería la medida más efectiva para reducir estos importantes daños sociales producto de la prohibición.
 
Una de las razones por las que la producción y venta del cannabis debe ser regulada es para desalentar el uso entre grupos de riesgo. Los menores, las embarazadas, los pacientes con cardiopatías graves, y los individuos con antecedentes de psicosis deben evitarla. También las personas que conducen vehículos deberían esperar algunas horas antes de hacerlo, sobre todo para conducir en ruta.

La prohibición es contraproducente en función de mantener las drogas fuera del alcance de los grupos especiales de la población. Es más fácil para un adolescente conseguir cocaína o marihuana que cualquier droga de abuso regulada por medio de doble o triple receta archivada. Un mercado regulado podría educar mejor a los usuarios de los riesgos potenciales y hacer más efectiva la veda a grupos de riesgo, que el narcotráfico no distingue ni protege.

 

 

Bibliografía

 

Pablo A. Ascolani, Cannabinoides y síntomas neurológicos ¿La pieza faltante en la farmacología clínica? Marzo 2011 Universidad Nacional de San Martín/FGR.

 

“Take care with cannabis” University of Victoria – Centre for Addictions Research of BC – www.carbc.ca - Vancouver Coastal Health – Promoting Wellness. Ensuring care. – www.vch.ca
 

Pablo A. Ascolani, Toxicología del cannabis y efectos del consumo sobre los indicadores de salud de la población. Ponencia presentada en las Jornadas Académicas de Debate en Montevideo (Uruguay) organizada por la Coordinadora Nacional por la Legalización de la Marihuana con el apoyo de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República y La Junta Nacional de Drogas de la Presidencia de la República de Uruguay, 13 de septiembre 2012 http://cannabismedicinalargentina.blogspot.com.ar/2012/09/toxicologia-del-cannabis-y-efectos-del.html
 

Gacetilla de la Asociación Rosarina de Estudios Culturales del 24/11/12 https://www.facebook.com/notes/arec-asociaci%C3%B3n-rosarina-de-estudios-del-cannabis/gacetilla-de-arec-241112/510665112306462

 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

“Uno es feliz con poco”: Mujica y la marihuana contra el fin del mundo.



 Artículo de opinión sobre sustancias psicoactivas, políticas públicas y evolución humana.

 

Lic. Pablo. A. Ascolani

 

El Presidente José Mujica dice, hablando de su manera de ser:

“Uno es feliz con poco. No es una apología de la pobreza lo que hago, sino de la sobriedad, de la austeridad. Yo apuesto a renunciar a cosas para tener más tiempo. Tiempo para vivir, para ser feliz. Porque en una de esas a usted le gusta pescar, o escuchar música, o estar con los amigos y para eso se necesita tiempo. Como se necesita tiempo para el amor. Ahora, si usted va a dedicar todo el tiempo a trabajar y consumir y pagar cuentas, es una condena de vida.  Para mí los años que pasé en el calabozo y logré sobrevivir, me son intransferibles. Después de eso con poca cosa soy un hombre rico. Pobre del que quiere mucho”

Trabajando en la asesoría de AREC gestionada por AECU para la Junta Nacional de Drogas del Gobierno de la República de Uruguay, realizamos una revisión sistemática de trabajos científicos originales referidos a la toxicología del cannabis y la reducción de daños en su utilización.

La revisión de la literatura sugiere que la mayoría de los usuarios adultos de cannabis, que usan la droga ocasionalmente, no sufren ningún daño físico o mental.

Aquellos que consumen grandes dosis en forma regular tienen una pequeña tendencia a tener menores logros educativos y menores ingresos, si bien estos estudios no detectan los posibles beneficios que estos consumidores obtienen, en detrimento de educación formal o poder adquisitivo.

Reflexionando en relación a las palabras del Presidente, y al universo de consumidores avezados de cannabis que conocemos por medio de nuestra Asociación Civil AREC, tenía sentido. Y “consumidores avezados” no es un eufemismo de “abusadores” de cannabis. No los consideramos así porque la cantidad de cannabis consumido no está relacionada directamente con el impacto negativo que pueda tener ese consumo en la vida de la persona, pero sí los estudios revisados.

Tenía sentido que la gente que fuma habitualmente cannabis no se preocupe tanto por ganar más plata. Que en todo caso los daños serían contra el sistema, ávido de consumo.

Sin querer entrar en un debate más amplio, tenía sentido también que se cuestione la validez de instituciones del saber hegemónico. Que la doctora en vez de ser neurocirujana se fue a estudiar yoga tibetano, o que el futuro ingeniero se haga músico.

Es posible que ese abusador del cannabis esté paliando los sufrimientos personales. O esté bien, y se dé, como dice el Presidente Mujica, tiempo para la música, para los amigos, para el amor. Tiempo para vivir; fumando.

            Y, cuando todavía está resonando en el aire el discurso del Presidente Mujica en el G20, cabe preguntarse ¿la prohibición de las drogas tiene también que ver con esto, además de los obvios intereses económicos y de dominio político-militar?

La “guerra contra las drogas” impulsada por Estados Unidos, ha resultado inefectiva en relación con los objetivos explicitados, la disminución de la oferta y la demanda de drogas ilícitas. Estas políticas produjeron la penetración de los Estados y del sistema financiero global por redes criminales ingentes y en pleno desarrollo.

Y uno de sus fundamentos, la criminalización del consumo de sustancias ilícitas, ha agravado la situación de los Derechos Humanos relacionados con la problemática, manifestándose en récord de encarcelamientos, estigmatización y costo en vidas humanas.

¿Porque el imperio y las corporaciones persiguen sustancias como el cannabis con la venia de la instituciones y países involucrados en el sostén del status quo político-económico global? ¿Sólo por dinero del narcotráfico y el control estratégico bélico?

A la luz de la evidencia, es posible que el uso de estas sustancias promueva valores morales y actitudes que no son bienvenidas en la sociedad de mercado capitalista. Se temen y sospechan determinados estados mentales que conducen a instancias de cuestionamiento, en particular sobre algunos de los mandatos centrales para adquirir existencia para el sistema, como consumir. Esta afrenta justifica una guerra santa, un estado de emergencia de enormes costes sociales y de gasto militar. Esta guerra se financia en parte por el mismo negocio del narcotráfico y en parte mediante el desfinanciamiento de políticas públicas orientadas a soluciones más complejas a la problemática del abuso de drogas como las dirigidas a la prevención, el acceso a la educación y al libre acceso a la información, al trabajo digno, acceso a la salud, disminución de la brecha entre ricos y pobres, y otras variables que serían realmente efectivas. Como dice Noam Chomsky, la guerra contra las drogas no fracasó en sus objetivos, sino que tenía objetivos diferentes a los explicitados.

El cannabis, englobado dentro de lo que Escohotado llama “sustancias de excursión psíquica” tiene, potencialmente, un efecto cuestionador sobre el estado de las cosas; enfrentan a la persona al plano “del inclumplimiento inherente a nuestras vidas”. Este cuestionamiento es, en último término, sobre la naturaleza del ser y la realidad, pero en su escalada atraviesa toda organización y estructura humana. No es casual que uno de los momentos donde la cultura dio un paso amplio en relación a los Derechos Humanos y los movimientos sociales (raciales, ecologistas, de mujeres, de estudiantes, etc.) coincidió con la popularización y uso extensivo de LSD durante los 60 y 70.

Con la regulación del cannabis, podemos habilitar, en cierta medida, la continuación y creación de nuevos procesos culturales de autonomía y libertad.

La “instancia de cuestionamiento”, que potencialmente habilitan estas sustancias, intentan ser disgregada por el individualismo del sistema capitalista, que ofrece consumo constante como distracción a los aspectos de la vida importantes, que requieren atención y expresan la profundidad de la existencia. Hay una disputa por una autonomía de conciencia reñida con los moldes estrechos del sistema.

 “No es saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma“ dijo sabiamente Krishnamurti.

El sistema capitalista de mercado produce una realidad insustentable, profundamente desigual, cruel y destructiva.

Somos una especie moribunda en un planeta moribundo.

Por ello necesitamos de forma urgente superar viejos paradigmas, buscar nuevas perspectivas y nueva información, que nos permita superar esta etapa en nuestra evolución como especie.

El cannabis, entre otras sustancias, aparecen como herramientas para cuestionar la inevitabilidad del “malestar en la cultura”, como herramientas para romper los engranajes del sistema hasta llegar a las entrañas de la cultura y rearmarnos, hacernos superar el vacío de la existencia, poder mirarnos como colectivo de seres humanos, conscientes de la vida y la muerte.

El salto epistemológico que sugiere la integración de estas sustancias nuevamente en la cultura es grande. Nos lleva a imaginar nuevas formas de organización, que celebren la diferencia entre los seres humanos con libertad, tolerancia y justicia. Pensándonos como una totalidad, conscientes de nuestro viaje, como dijo un sabio, “en nuestra querida, contaminada y única nave espacial”. Y que la conciencia de nuestra unión nos lleve a penetrar en ese momento mágico donde la vida adquiere todo el detalle y la profundidad que realmente posee; y donde la importancia de cuidar la naturaleza se presenta como un pedido inaplazable, no tanto para nosotros, sino para todos aquellos por venir, de los que también formamos parte.

El urgente desafío de la humanidad es aumentar su producción de amor, de alegría y de conciencia. El cannabis y los enteógenos[i] tienen algo que ver con esto.

“Uno es feliz con poco”

Compañeros y compañeras, hagamos fuerza juntos con Mujica y la marihuana contra el fin del mundo.

 

Bibliografía:

-Escohotado, Antonio, Aprendiendo de las drogas : usos y abusos, prejuicios y desafíos. Barcelona, Anagrama, 1995.

- Pablo A. Ascolani, Toxicología del cannabis y efectos del consumo sobre los indicadores de salud de la población. Ponencia presentada en las Jornadas Académicas de Debate en Montevideo (Uruguay) organizada por la Coordinadora Nacional por la Legalización de la Marihuana con el apoyo de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República y La Junta Nacional de Drogas de la Presidencia de la República de Uruguay. http://cannabismedicinalargentina.blogspot.com.ar/2012/09/toxicologia-del-cannabis-y-efectos-del.html

- Pablo A. Ascolani, La prohibición de las drogas como obstáculo epistemológico. Artículo basado en el trabajo final para el “Curso de Políticas de Drogas, VIH y Derechos Humanos” de Intercambios Asociación Civil, dictado entre febrero y abril de 2011. http://cannabismedicinalargentina.blogspot.com.ar/2011/10/la-prohibicion-de-las-drogas-como.html



[i] "Sustancias cuya ingestión altera la mente y provoca estados de posesión extática y chamánica. En griego, entheos significa literalmente "dios (theos) adentro", y es una palabra que se utilizaba para describir el estado en que uno se encuentra cuando está inspirado y poseído por el dios, que ha entrado en su cuerpo. Se aplicaba a los trances proféticos, la pasión erótica y la creación artística, así como a aquellos ritos religiosos en que los estados místicos eran experimentados a través de la ingestión de sustancias que eran transustanciales con la deidad. En combinación con la raíz gen-, que denota la acción de "devenir", esta palabra compone el término que estamos proponiendo: enteógeno. C.A.P. Ruck, J. Bigwood, J., D. Staples, R.G. Wasson y J. Ott, Journal of Psychedelic Drugs, vol. II, núms. 1 y 2, enero-junio 1979"  Los psiquedélicos tradicionales o enteógenos, tienen escasa toxicidad, tanto sobre el sistema nervioso –no son neurotóxicas- como sobre el resto del organismo y márgenes de seguridad tan altos que no se registran muertes por toxicidad aguda de ninguna de estas sustancias. No producen dependencia, ni física ni psíquica. No producen síndrome de supresión, ni conductas de autoadministración. El cannabis es utilizado como enteógeno en algunas culturas y tiene un potencial de suscitar efectos compatibles con el de los psiquedélicos tradicionales.